martes, 8 de marzo de 2016

Hora de cortarle las uñas al gato.

Puede que no le apetezca mucho al principio, pero saber cómo cortarle las uñas a tu gato es muy importante para los dos. Con un cuidado regular conseguirás reducir los desperfectos que pueda causar en casa cuando rasque los muebles y evitarás que se enganche en telas y tejidos o que las uñas crezcan demasiado y se le claven causándole problemas. Hoy te explicamos cuál es la mejor manera de hacerlo.
Un buen mantenimiento de las uñas de tu gato es muy importante pero, para conseguir que esta actividad no se convierta en una tortura, tendrás que acostumbrarlo a tolerar las sesiones de manicura. Para conseguirlo, asegúrate de que sean cortas y frecuentes y no te olvides de premiar a tu mascota con comida y mimos.
Cuatro apuntes iniciales:
- normalmente cortar las de delante es suficiente pero dependiendo del crecimiento puede ser necesario cortar también las de atrás;
- en las patas delanteras no hay que olvidar el primer dedo que está en la parte interna de la pata, más arriba de los otros dedos;
- sólo se tiene que cortar la punta de la uña, evitando llegar a la pulpa rosada que se suele ver en transparencia. Si se corta esta parte, se provoca mucho sangrado además de un dolor intenso;
- el corte de uñas se debe realizar una vez al mes aproximadamente.
Teniendo en cuenta estas normas generales, la forma más sencilla de cortarle las uñas a tu gato es acostumbrarlo desde pequeño y no tener prisa al hacerlo. Tienes que conseguir que se acostumbre poco a poco a esta manipulación para que no le parezca desagradable. Para lograrlo, prepara trocitos de comida que le gusten mucho y elige un lugar de la casa donde puedas realizar el corte de uñas de manera cómoda para los dos. Cuando lo tengas todo preparado, ya puedes empezar a introducir de forma gradual las manipulaciones que te permitirán cortarle las uñas y asociar cada una de ellas a un premio: tocar brevemente una pata, cogerla con la mano, apretar una almohadilla para que salga la uña, enseñarle el cortaúñas, dejar que escuche qué sonido hace, tocar la pata con el cortaúñas y finalmente... cortar la primera uña. 
Es importante que las sesiones sean cortas y que la dificultad del entrenamiento aumente sólo cuando tu gato esté relajado. Si intentas ir deprisa, el proceso acabará siendo más lento: tendrás que volver atrás continuamente y tu gato puede acabar asustándose cada vez más. Además, al empezar una sesión nueva, tendrás que volver a repetir el nivel alcanzado en la anterior porque entre una sesión y otra suele haber un empeoramiento (del todo normal) en el proceso de habituación del gato. 
Si ves que se resiste y está muy nervioso, no lo castigues ni te apresures a cortar la uña: para esta tarea se necesita calma y precisión. Mejor dejarlo para otro día y volver a bajar la dificultad del ejercicio. 
Puede que durante muchas sesiones no consigas cortar ni una sola uña, pero no te preocupes. El objetivo es que, con el tiempo, y de manera definitiva, puedas cortarle las uñas a tu gato sin ningún tipo de problema.

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